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Un millón de iglesias: el ambicioso desafío de las Asambleas de Dios a nivel global

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La visión de establecer un millón de iglesias fue el foco central del encuentro mundial de las Asambleas de Dios, la denominación pentecostal más grande del mundo, celebrado del 12 al 14 de octubre.

En 2020, Madrid fue elegida como sede del 9º Congreso Mundial de la World Assemblies of God Fellowship, pero lamentablemente, la propagación de la epidemia de Covid-19 en Europa obligó a posponer y finalmente cancelar el evento.

Sin embargo, en esta ocasión, el Madrid Arena de la Casa de Campo pudo congregar a 4,300 participantes, incluyendo la mitad de ellos, que eran delegados procedentes de prácticamente todos los países del mundo. Entre los asistentes se encontraban aproximadamente un centenar de niños, que tenían un programa especial, además de varios cientos de jóvenes.

Pero, ¿cómo lograr la transición de las actuales 370,000 iglesias al ambicioso objetivo de un millón para el año 2033? El recién elegido presidente de las Asambleas de Dios a nivel mundial, Dominic Yeo, quien también lidera una megaiglesia en Singapur, se muestra optimista al respecto.

«Creo que incluso superaremos esa cifra». La estrategia es simple: «Cada iglesia deberá plantar otras dos comunidades cristianas» en los próximos 10 años. Y añadió: «Si tan solo un 1% de la población de nuestras naciones estuviera congregada en nuestras iglesias en este momento, no habría espacio suficiente».

Después de décadas de crecimiento, las Asambleas de Dios han reconocido valiosas lecciones del entorno evangélico en general. En una de las plenarias, Friedhlem Holthuis, presidente de la Federación de Iglesias Pentecostales de Alemania, enfatizó: «En los próximos años, necesitaremos menos celebridades, porque la única persona a la que debemos celebrar es Jesús». Este enfoque en la humildad refleja la convicción de que el esfuerzo de multiplicación debe ir de la mano de la colaboración: «No lo lograremos debido a nuestra condición de superestrellas, sino porque somos un equipo fuerte».

Holthuis subrayó aún más la visión al decir: «No queremos simplemente fundar iglesias. Queremos plantar iglesias que, a su vez, den origen a otras iglesias, que a su vez, den origen a otras iglesias…». Con un espíritu apasionado, instó a las Asambleas de Dios a llegar a todos los rincones del mundo, incluso «más allá que la Coca-Cola». Este mensaje resalta la importancia de la humildad, la colaboración y la expansión constante en el camino hacia el ambicioso objetivo de un millón de iglesias.

Con información de Protestante Digital

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